sábado, 21 de febrero de 2015

rEDUvolution: en busca del cambio

¿Has leído alguna vez un libro sintiéndote identificado con él, siendo capaz de mimetizarte al 100% con alguno de sus personajes, viviendo la historia como si de ti mismo se tratara? Piénsalo, no respondas. Seguramente tu contestación sea afirmativa, pues es ésta parte de la magia del mundo de la lectura. A continuación, plantéate otra pregunta:

 ¿te ha ocurrido esto alguna vez con un libro de pedagogía?

María Acaso, pedagoga de la que hablé en la entrada anterior, nos presentaba en 2013 un libro educativo revolucionario, un llamado al cambio de la pedagogía: rEDUvolution o cómo hacer la REVOLUCIÓN en la EDUCACIÓN (descubre el libro presentado por la propia autora). Y debo decir que en mi caso, es esta la primera lectura pedagógica que me ha marcado personalmente desde la primera a la última página. No voy a mentir, me he sentido identificada con otras ideas, con otros quehaceres educativos, con pequeñas aportaciones muy variadas y diversas. Pero debo admitir que María, por medio de este particular librito rosa chillón, ha re-despertado esa chispa, la chispa que en ocasiones nos roba la generalidad educativa que tiende a darse en este país en nuestros días.

En un mundo sujeto al cambio-relámpago en todas sus facetas, la educación no avanza, sino que reproduce esquemas de siglos pasados que ya no tienen lugar en nuestra rutina actual. El sistema educativo no funciona y no lo vemos, o quizá nos resulta más sencillo entrecerrar los ojos y aparentar que no lo percibimos. En su libro, María Acaso busca hacer visibles alternativas a los modelos hegemónicos de ejercicio de la pedagogía, devolviéndoles su inherente lógica y sencillez a los procesos educativos y ahuyentando el extendido simulacro pedagógico que inunda actualmente la educación (principalmente la formal).

Para ello, indica, resulta necesario un cambio gradual, una sucesión de micorrevoluciones que conlleven a la defensa de la construcción del verdadero aprendizaje. En palabras de la autora, son 5 los grandes pasos que deben darse en esta dirección, 5 ideas básicas que configuran un nuevo modo de entender la educación.



Lo que los profesores enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden
o la relación entre la pedagogía y la verdad.


Tal y como sucede en el resto de ámbitos vitales, la pluralidad interpretativa juega también un papel fundamental en los procesos de índole educativa. No todos entendemos ni aprendemos lo mismo de una misma experiencia, puesto que, lo queramos o no, en toda interpretación del conocimiento juega un importante papel el inconsciente (intervienen aquí las denominadas pedagogías invisibles). Ser conscientes, aunque suene retórico, de ello, constituye un primer paso hacia la construcción de un individuo crítico y selectivo ante la información que se encuentra en el mundo que le rodea.


No solo hay que parecer democráticos, sino que hay que serlo
o la relación entre la pedagogía y el poder.


En una sociedad en la que, gracias al hiperdesarrollo técnico y la aparición de Internet, el conocimiento se encuentra en manos de todos, resulta necesario, como nos explica María Acaso, repensar los roles de los agentes implicados en el proceso educativo, invertir los flujos de creación del conocimiento y establecer nuevas arquitecturas de distribución. Esto significa que la dicotomía docente-alumnado debe ser eliminada, y con ella todo tipo de jerarquías (educación a la inversa), configurándose de este modo una comunidad de aprendizaje abierta al exterior, en la que "todo el mundo será experto en algo e ignorante en muchas otras cosas". El conocimiento de cualquier clase, válido y valorado sea cual sea su forma, se construye por medio del diálogo, entendiendo así que todos somos creadores y gestores del mismo. Existen, por lo tanto, abordajes múltiples de los contenidos. 


De la clase a la reunión
o la relación entre la pedagogía y el cuerpo.


Los espacios y arquitecturas educativas también requieren ser transformados: la escuela debe convertirse en un lugar de encuentro e intercambio. La importancia que las condiciones físicas de los contextos educativos adquieren se traduce en la necesidad de habitar el aula, es decir, de transformarla en un espacio emocionalmente positivo de identificación y pertenencia, en el que, además, los tiempos deben ser frenados.

Aprendemos en todas partes, en cualquier momento y en cualquier lugar, 
y esto debe ser aceptado y potenciado por la escuela.


No tengo tiempo para aprender porque tengo que estudiar
o la relación entre la pedagogía y el simulacro.


Hoy en día, la educación es un simulacro, un "acto de selección y montaje que se proyecta en el aula como interpretación del mundo". María Acaso refleja en rEDUvolution el hecho de que, al igual que ocurre en muchos otros ámbitos de la vida actual, existe un claro desajuste entre pedagogía y realidad: los procesos de enseñanza puestos en marcha configuran una representación en la que el aprendizaje parece que existe. Queremos transformar este simulacro, esta búsqueda de certificación, en una verdadera experiencia de aprendizaje, que conlleve placer y real significación. Una educación basada en lo narrativo (todo tipo de lenguajes que disparen expectativas y enlacen con el recuerdo y la emoción), lo inesperado (toques de sorpresa, extrañamiento y detonación), lo personal (enganche emocional, relacionado con la vida real y, por lo tanto, significativo), lo audiovisual (y su multiplicidad de lenguajes, siempre repensado y crítico), el hacer ("learning by doing" y el placer de la experiencia directa, de la creación, el análisis...) y lo vivencial y dinámico.


De una educación basada en la evaluación a una educación basada en el aprendizaje,
 o el nuevo concepto de la INVESluación.

La evaluación, como parte del proceso educativo, también requiere ser transformada y, lo que es más importante, orientada a una verdadera creación de conocimiento. Tres pasos fundamentales que debemos llevar a cabo en cuanto a esta práctica son su descentralización, su transformación en investigación y la creación de nuevas formas de representación del aprendizaje
"¿Podemos realmente representar mediante un número todo aquello que sucede durante mucho o poco tiempo, todo aquello que pretende transformar a una persona, todo aquello que pretende conducir a un cambio? ¿Es posible mediante una cifra condensar la experiencia de aprendizaje?"
 No construyamos el sistema en torno a la evaluación. Dado que aprender es una experiencia subjetiva, subjetivos serán también sus criterios de evaluación. Si tiene que formar parte del proceso, conviértela en herramienta investigadora, en instrumento global de análisis y ayuda. Y sácale partido a tu creatividad, ¿por qué no evaluar por otros medios, utilizando otros lenguajes?


El acto pedagógico no tiene cierre, es una construcción permanente. La educación, como nos dice María Acaso, es un proceso inacabado. Busca la chispa que llevas dentro y empieza a cambiar tu mundo, que eso sí,



eso sí está en tus manos.


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